Costillas de cerdo a baja temperatura

En el día de hoy queremos cocinar costillas de cerdo a baja temperatura. Esta va a ser nuestra primera vez cocinando algo a baja temperatura y como siempre nos hemos estado informando y leyendo sobre las ventajas y procedimientos de este proceso.

Cocina a baja temperatura

Gracias a la técnica de cocinar a baja temperatura se consigue que los alimentos mantengan más sabor, preserven mejor sus nutrientes y adquieran texturas jugosas y deliciosas. Estrictamente hablando, se habla de cocina a baja temperatura si cocinamos por debajo de 100ºC.

Cuando se cocina un producto, existe una diferencia entre su temperatura exterior y la interior. Con la técnica de baja temperatura, al alargar los tiempos de cocción, acercaremos ambas lo máximo posible. Al cocinar mucho más despacio los márgenes de error en los puntos de cocción se hacen más grandes y por tanto es más fácil replicar los mismos resultados

Fuentes: elCocinillas,

Ingredientes

  • 1 kg de costillas
  • 1 cda de salsa de soja
  • 2 cdas de jengibre fresco rallado
  • 3 cdas de azúcar moreno
  • 1 cda de cinco especias chinas
  • 2 cda de aceite de oliva
  • 2 cdtas de ajo en polvo
  • 150 ml de agua
  • 1 cdta de sal
  • pimienta negra

Procedimiento

Mezclaremos todos los ingredientes de la salsa en un pequeño bol.

Pondremos un poco de aceite y 2 cucharadas de la salsa sobre la base de la fuente de horno donde vamos a colocar posteriormente las costillas.

Pondremos las costillas dentro de la fuente de horno y les daremos una primera pincelada con la salsa por todos lados.

Os proponemos dos formas de cocinar las costillas. Una más lenta y menos temperatura , otra más rápida y a mayor temperatura.

Para la opción rápida cocinaremos las costillas a 115 grados, con calor arriba y abajo, sin aire, unas 4 horas. Cada 30 min más o menos iremos pincelando las costillas con el resto de la salsa hasta que todas queden bien impregnadas y con color.

Para la opción lenta cocinaremos las costillas a 65 grados, con calor arriba y abajo, sin aire, durante 10 horas.

En ambos casos, a mitad de cocción sería recomendable dar la vuelta a las costillas (aunque no es obligatorio).

Una vez finalizada la cocción están listas para comer. Unas costillas muy jugosas que se desharán en la boca.
Dependiendo del uso que les vayamos a dar podemos seguir diferentes caminos con la salsa que ha quedado en la fuente del horno.

Por un lado, si las costillas se van a consumir tal cual, lo mejor es volcar la salsa a un cazo y reducirla con un poquito de maicena disuelta en agua fría. De esta forma obtendremos una salsa potente de sabor y con una textura perfecta para servir en mesa sobre las costillas.

Por otro lado, podemos deshuesar y desmenuzar las costillas, con los dedos ya que están muy blandas, y conseguir el llamado pulled pork. Una vez desmenuzadas añadimos la salsa y la carne en un cazo y lo cocinamos todo unos minutos a fuego suave para que se integren todos los sabores.

Sea el camino que sea el que elegís, esto estará para chuparse los dedos.