Fresquita, fácil y riquísima receta de sardinas, que se pueden hacer y dejar en el frigorífico durante varios días para ir picoteando entre horas.

Ingredientes

• 1/2 kg de sardina parrocha
• 125 ml de vinagre de vino
• 3 cebolletas
• 4 tomates maduros
• 1 cucharada de comino
• 1 cucharadita de sal

Procedimiento

¿Cómo limpiar las sardinas? Pues eso mismo me pregunté yo cuando compré un kilo de estos escurridizos pescaditos. Y resulta que es bastante fácil.
Cogemos las sardinas y les cortamos la cabeza y cola. Junto con la cabeza saldrán las tripas que también retiraremos. Luego, sin miedo, introducimos el dedo y abrimos la sardina por la mitad para retirar la espina. Para mi el método más facil es coger la espina por el centro y luego ir retirándola, primero la parte trasera y luego hacia la cabeza donde contiene más espinas y por tanto está mas agarrada. Como digo, hay que hacerlo sin miedo y con confianza y veréis que es más fácil de lo que parece.
Luego, partimos la sardina por la mitad y retiramos las pequeñas espinas o barbas que hayan quedado en los bordes. Cuanto mayor sea la sardina mayor cantidad de espinas tendrá. Por último las vamos limpiando bajo el grifo para eliminar los restos de escamas que tengan.
Una vez tenemos todos los lomos de sardina limpios y sin raspas los ponemos en un recipiente adecuado para cubrirlas con el vinagre y la sal y las dejamos por un periodo de 24 h.

Pasadas las 24 h, escurrimos las sardinas, pero sin limpiarlas. Rallamos el tomate y le añadimos el comino si está en polvo. Si no, lo machacamos y lo añadimos. También cortamos las cebolletas en trozos pequeños.
Ahora en un recipiente adecuado debemos montar capas, una encima de otra de sardina + cebolla + tomate con cominos y así una capa tras otra hasta terminar con las existencias. Se guarda en el frigorífico y ya están listas para comer. Perfectas encima de un panecillo tostado poniendo la combinación de sardina + tomate + cebolla.